Lo que ves es el Templo de Saturno, uno de los lugares más representativos de Roma y uno de los edificios más antiguos de “La Ciudad Eterna”. Está en el Foro Romano y era el principal escenario de las Saturnales, unas fiestas dedicadas al dios Saturno de la agricultura, cuyo día grande coincidía con el 17 de diciembre, aunque en realidad duraban una semana entera.
Las Saturnales comenzaban con un sacrificio en el templo, seguido de un banquete pantagruélico y siete días de festejos populares. Durante esa semana se comía, se bebía y se apostaba. Los negocios y las escuelas cerraban, e incluso los esclavos tenían unos días de descanso.
Muchas de esas tradiciones paganas se trasladarían más tarde al cristianismo, y fueron adoptadas en los festejos navideños que estos días celebramos. Entre ellas, la costumbre de ofrecerse regalos y la de decorar las casas con luces y figuras de barro, que, salvando las distancias, hoy podrían equiparase al belén.
Esto no es cierto claro, y la realidad es mucho más compleja e interesante y os invitamos a descubrirla.
El Solsticio de Invierno, el Sol renace.
Todo este lío de la navidad de repartir amor y comprar y comer como si no hubiera un mañana, parte del fenómeno astronómico del solsticio, del latín sol (‘Sol’) y sístere (‘permanecer quieto’), de invierno, importantísimo para todas las culturas agrícolas y que corresponde al instante en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste y que, dependiendo de la correspondencia con el calendario, tiene lugar entre el 20 y el 23 de diciembre. La noche del 24 de diciembre al 25 de diciembre en el hemisferio norte, fue considerado como el solsticio de invierno desde la creación del calendario juliano, introducido por Julio César en el año 46 a.C.
En este periodo las noches dejan de acortarse y los días comienzan a ser cada vez un poco más largos. El Rey Sol ha renacido.
El significado o interpretación de este evento astronómico ha variado en las distintas culturas del mundo, pero la mayoría de ellas lo reconoce como un período de renovación y renacimiento, que conlleva festivales, ferias, reuniones, rituales u otras celebraciones. ¿Por qué ocurría esto?
El solsticio de invierno resultaba inmensamente importante porque las comunidades humanas basadas en la agricultura iban a ser privadas de muchas cosas durante el invierno para el que se habían preparado durante los nueves meses anteriores. El hambre era común en invierno, entre enero y abril, también conocida como «meses de la hambruna».
En los climas templados como el nuestro, el festival de pleno invierno fue la última fiesta de celebración, antes del comienzo del invierno. La mayoría de los animales eran sacrificados para no tener que alimentarlos durante el invierno, por lo que prácticamente era el único momento del año para el suministro de carne fresca disponible. La mayoría de vino y cerveza durante la cosecha anual estaba finalmente fermentada y lista para beber en este momento. ¡La fiesta estaba servida!
Las Saturnales, navidad y carnaval a un tiempo.
Las Saturnales (en latín Saturnalia) son unas importantes fiestas romanas en honor Saturno, dios de la agricultura para los romanos, y una figura que en la Roma primitiva era tan importante como Júpiter. Como vimos anteriormente la raíz de la festividad es el Sosticio y el calendario agrícola, por lo que las primeras se celebraban del 17 al 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas, por el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno).
Probablemente las Saturnales fueran las fiestas de la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano.
Restos del templo de Saturno en el foro romano
Finalmente, los romanos “oficializaron” las Saturnalias alrededor del 217 a. C. para elevar la moral de los ciudadanos después de una derrota militar sufrida ante los cartagineses en el lago Trasimeno. Y oficialmente se celebraba el día de la consagración del templo de Saturno en el Foro romano, el 17 de diciembre, al pie de la colina del Capitolio, la zona más sagrada de Roma, mediante sacrificios rituales, seguido de un banquete público al que estaba invitado todo el mundo (lectisternium) al grito multitudinario de «¡¡Io, Saturnalia!!».
Como decíamos, la fiesta comenzaba con un sacrificio en el Templo de Saturno, en el Foro Romano, y un banquete público, seguido por el intercambio de regalos, continuos festejos, y un ambiente de carnaval en el que se producía una relajación de las normas sociales. El poeta Catulo la llamó «el mejor de los días.»
Aunque oficialmente la fiesta era el 17, la tradición (y las proverbiales ganas de cachondeo del romano medio) seguía marcando la duración de los festejos del 17 al 23 de diciembre. Cesar incluso las aumento dos días más, Calígula (gran fiestero) lo aumento otro al que llamo día de la juventud y Domiciano lo estableció finalmente en un ciclo de siete días constituyendo desde entonces hasta su prohibición con la llegada del cristianismo en una de las feriae más importantes de Roma.
Eran Navidad y Carnaval a un mismo tiempo, siete días de bulliciosas diversiones, banquetes e intercambio de regalos. Los romanos asociaban a Saturno, dios agrícola protector de sembrados y garante de cosechas con el dios prehelénico Crono, que estuvo en activo durante la mítica edad de oro de la tierra, cuando los hombres vivían felices, sin separaciones sociales. Durante las Saturnales, los esclavos eran frecuentemente liberados de sus obligaciones y sus papeles, en algunos casos, cambiados con los de sus dueños.
En las fiestas Saturnales, se decoraban las casas con plantas y se encendían velas para celebrar la nueva venida de la luz (¿Nos suena todo esto?). Los romanos amigos y familiares, se hacían regalos (en un principio, recordando a antiguos rituales, velas o figurillas de barro) como los que se hacen en la fiesta de la Navidad.
Posteriormente, el nacimiento del Sol y su nuevo período de luz fueron sustituidos por la Iglesia, quien hizo coincidir en esas fechas el nacimiento de Jesús de Nazaret con el objetivo de acabar con las antiguas celebraciones. Gradualmente las costumbres paganas pasaron al Día de Año Nuevo, siendo asimiladas finalmente por la fiesta cristiana que hoy en día se conoce universalmente como el Día de Navidad.
Fuente del texto: bing.com - losviajerosdeltiempo
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